domingo, 26 de agosto de 2018

Apego a lo ilusorio

Colores que no se olvidan. Marcas que penetran en lo más íntimo, dejando caer el manto. Y mientras tanto, a oscuras mi rostro.

Va naciendo el crepúsculo y sus manos no dejan de acariciar mi cabello. Girando hacia la belleza de una lágrima, mi puño aprieta el saco lleno de flores secas, temiendo a verlas convertidas en fino polvo que acabaría mezclándose con su cuerpo.
Que triste...

En aquellos tiempos, un dios me hizo creer en la posibilidad de refugiarme en la llanura de los corazones para así evitar romperme, pero la diferencia es que mis dedos eran fría porcelana y los otros de cálida cera fundida.
Más tarde, quise creer en un rayo de luz en el cielo, sin darme cuenta hasta el último momento que se desvanecía en el negro de la noche.

Oí que las almas suelen ir de las manos hacia sus destinos, cada cual los conoce y cuida con cantos armoniosos. Mi pecho solo grita por no poder ver mas allá de mis pies descalzos. Esta neblina me está absorviendo, y lo peor de todo es que la flecha ha desaparecido.

Siento tanto haber roto las macetas de su jardín...siento tanto haber querido quedármelas, que ahora mis manos se encuentran ensangrentadas y hasta que no termine de recoger los trozos punzantes, el dolor no cesará.

sábado, 25 de agosto de 2018

La puerta no se cierra

La alfombra se abre paso y mi cuerpo camina sobre su sedoso tacto. Luego, abro los ojos y el sueño se disipa. La realidad se va asomando tal cual rayos cálidos, pero mi piel sigue estando fría. El aire huele a miel pero me irrita la garganta. El cielo torna a rosa pastel y el sol cuenta de nuevo su historia. El corazón comienza a latir rápido y el pecho se agita y cae hacia el acantilado. Alli me esperan sirenas que suavizan la caída con sus cantos y el carmesí de sus labios. Una mirada hacia atrás me hace ver y escuchar ese tintineo que arrulla mi cara. Un beso me calma al instante y las comisuras de mi sonrisa saludan de nuevo. Asi de bonita es mi galaxia pero debo volver a mi hogar donde me aguarda el guardían del gran tesoro .

martes, 14 de agosto de 2018

Las ilusiones son solo para niños

Un paso y adelanto. Me giro y solo veo huellas que me alcanzaron hace tiempo. Quizás nos dirijamos hacia el mismo camino. Quizás crucemos la misma puerta. Quizás haya en aquel mirador un banco libre. 

Empiezo a oir teclas sin que la lluvia cese. No necesito paraguas, solo un cálido abrazo. 
Puedo sentir con agudeza sus fuertes pisadas. La vibración llega hasta mi pecho y corta la respiración. Y cuando me doy cuenta, noto un ligero pero amargo sabor a tierra...¿Qué ha pasado? 

lunes, 13 de agosto de 2018

Oigo palabras que nunca dijo

Receptor ilusorio, frases de humo que creen quemar. Te escucho y no oigo susurros. La mente se recrea y las persianas bajan. Quiero seguir viendo luz, pero la bombilla escasea. ¿De qué sirve llenar el saco de cristales rotos?  No pretendía que su imagen quebrara. Espera, si deseas, puedo arreglarlo. Pero,... ¿es cierto? Creo que soy yo la que empieza a resquebrajarse, pero no veo ningún objeto para recoger.
Es difícil ver miradas que han fallecido en mi recuerdo, porque el tiempo envejece la querida e inexistente conexión...Ojalá ese cero comenzara a sumar. Ojalá mi habitación se llenara de espejos. Ojalá los reflejos no se alejaran de esta cálida dimensión.
¿Y si me lo merezco? Consecuencias por llamar cerebro al corazón.

Suave piel

Esa sensación que radica en la torre del acantilado, escuchando el sonido del corazón de las olas. Esa sensación que hace que se agite el aire y fluya por todas mis venas. El tacto que me saca las palabras de la boca, llevándoselas a la dirección que marca mi dedo índice.

Cuando los deseos no se cumplen

Hace tiempo que no vuelo en sueños. Ya no despego hacia el aire y la brisa no es la misma últimamente. Voy dibujando nubes sobre las que poso mis deseos, pero desde hace dias no puedo alcanzarlos. La cumbre es mas alta de lo normal y parece que se va haciendo inalcanzable.
Empiezo a ver la tormenta que separará las manos de algodón y quebrará corazones de espuma.
Solo necesito volver a volar para que todo esto acabe.

lunes, 5 de marzo de 2018

Las oscuras aguas mecían una humedad quebrante. 
Y, ante aquel instante agridulce, perecía la cálida llama del amor.